19 de abril de 2018

Don Alexander, párroco de Viver, a Familia Misionera: “Vosotros, a muchos, nos habéis acercado al Señor, a experimentar el cielo”

Familia Misionera de Valencia ha acudido esta Semana Santa a apoyar, en la diócesis de Segorbe-Castellón, a don Alexander Alzate (en la imagen, el segundo por la izquierda), un párroco de apenas 36 años que tiene a su cargo cuatro pueblos: Viver, Villanueva de Viver, Fuente la Reina y los Calpes. Hasta allí se han desplazado 75 misioneros, entre adultos, jóvenes y niños, además de dos sacerdotes legionarios y dos consagradas del Regnum Christi. Sobre la presencia de los misioneros, este joven sacerdote nos cuenta que “han mostrado algo distinto y la gente se cuestiona. El venir y acercarse no ha dejado a nadie indiferente. En definitiva -concluye-, ver Cristianos es lo que hace despertar el deseo de serlo, pues quien ve a un Cristiano, ve a Cristo mismo”.

Don Alexander nació en Medellín, Colombia, pertenece al Camino Neocatecumenal, y sus estudios sacerdotales los ha concluido en el Seminario Redemtoris Mater de Castellón. Nos cuenta que sus feligreses se dedican al campo y que todavía se ven familias jóvenes con hijos, aunque “los jóvenes, en su mayoría, salen del pueblo para los estudios en la universidad”. Califica a sus feligreses como “bastante colaboradores” y “generosos”, y su trabajo pastoral como “estar, salir, que la gente te vea por el pueblo, saludar y estar dispuesto para cuando la gente necesite algo”.


Su primera Semana Santa como párroco. ¿Cómo se vive estas celebraciones por primera vez con esta responsabilidad?
Bueno, la Semana Santa ya desde antes de ser sacerdote había recibido una gran relevancia para mí, pues al ser el centro de la vida cristiana, en el camino Neocatecumenal, se nos ha regalado el vivirla en toda su riqueza. No obstante, ésta en especial ha sido un regalo. El prepararlo todo (estar pendiente de los detalles), el acompañamiento del pueblo y vuestra visita ha sido un experimentar constantemente la presencia de Dios en medio del pueblo, cercano a mí.

¿En qué le han ayudado los misioneros?
Los misioneros han hecho cuerpo en estos días que han estado entre nosotros, la gente de los pueblos se ha quedado impresionada por las familias y los niños. Han mostrado algo distinto y la gente se cuestiona, el venir y acercarse no ha dejado a nadie indiferente. En definitiva, ver Cristianos es lo que hace despertar el deseo de serlo, pues quien ve a un Cristiano, ve a Cristo mismo. Vosotros a muchos nos habéis acercado al Señor, a experimentar el cielo.

Y si no hubieran venido… ¿cómo se habría arreglado?
Yo llevo los pueblos junto con otro compañero, nos toca hacer estaciones y siempre vamos corriendo, después de las celebraciones apenas tenemos tiempo para saludar a los feligreses. Aparte que nos habéis desahogado, el pueblo que habéis traído ha hecho que se viviera con más entusiasmo y de una forma más viva estos días de fiesta.

¿Qué les aportan las familias misioneras a sus feligreses?
Una presencia que ilusiona, que llama e invita al seguimiento de Jesús, a las personas del pueblo les ha llamado la atención que familias enteras estuvieran por aquí repartiendo rosarios y hablándoles de Dios, que compartieran con ellos la Semana Santa y les acompañaran en sus procesiones. El aporte, por tanto, ha sido ánimo y alegría pues tres de los pueblos son pequeños, cuentan con pocos habitantes y vosotros los habéis llenado de eso.

¿Hay mucha diferencia entre la Semana Santa en España y en Colombia? ¿En qué?
En Colombia la gente suele acudir más a las celebraciones, se involucra en la preparación de los actos, es un tiempo bastante dinámico por el movimiento que se da en las parroquias. También, muchos aprovechan para confesarse, se ve más fervor. 

Aquí todo es un poco más frío, poca gente se confiesa, hace falta esa dinámica (vosotros la habéis inyectado).


Cuéntenos de usted, ¿por qué ha venido a España a estudiar?
Pertenezco al camino Neocatecumenal, he sido formado en el seminario Redemptoris Mater (Medellín y Castellón) este es un seminario internacional, que como su nombre lo indica tiene casas de formación en distintos países, a los seminarios somos enviados por sorteo, he venido a España buscando hacer la voluntad de Dios, pues mi proyecto no era el de ser sacerdote, sino discernir lo que quería Dios de mí.

El tiempo de estancia en un destino, en el seminario o ya de sacerdote, pasa por las necesidades de la iglesia y va marcada por la obediencia al rector o al obispo según sea el caso. Al pertenecer a un seminario misionero me encuentro en total disponibilidad para ir a donde haga falta, siempre y cuando el obispo en comunión con los responsables del camino Neocatecumenal dispongan.

¿Cómo está tejiendo su trabajo pastoral en estos pueblos que le han encomendado?
Tengo ayudas. Ahora mismo hay un grupo de chicas jóvenes del pueblo que trabajan con la catequesis de los niños y es la forma de presentarles a ellos, de una forma fresca y entretenida, la belleza del Evangelio. Con este gancho se acercan sus padres y poco a poco se va mostrando una cara cercana a los que van viniendo, muchas veces, con la intención de consumir sacramentos.

El lugar que más intento explotar es la predicación en la Eucaristía, hablarles de una forma cercana y aterrizada a la actualidad. Poco a poco se ve que la gente se entera y se va cuestionando por lo que presenta el evangelio. Caritas es otro medio por el cual se realiza la pastoral, pues a los voluntarios se les ofrece una pequeña formación y es un vínculo con el pueblo, especialmente con los no creyentes o practicantes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por darnos tu opinión